2 de noviembre de 2011

Calidad de Vida


La calidad de vida abarca a todos los seres humanos de cualquier sociedad, sanos o enfermos.  

En esta Convergencia nos referimos, en principio a la calidad de vida que atañe  a la persona que sufre una enfermedad, que es quizá la más necesitada hoy, tiene miedo y el dolor físico agota y se transmite instantáneamente a la mente y al espíritu de las personas que no están sanas. 

Somos seres holísticos y cuando el cuerpo, la mente o el espíritu se desequilibra, el resto se resiente. La salud es lo más preciado una vez que se pierde. En general, la gente que está sana no piensa que puede enfermarse y una gran parte de la comunidad no cuida su salud, no previene. 

El nuevo paradigma dentro de la medicina nos está sugiriendo el paso paulatino de la responsabilidad de la salud a la persona. Y la persona lo está tomando rápidamente, como si lo deseara desde hace mucho tiempo. Nos habla también, entre otras cosas, de la importancia de la prevención, para el hombre es más digno y para el sistema, más conveniente ecónomicamente. 





Pero la calidad de vida va más allá de la enfermedad. Todos los ciudadanos merecen tener calidad de vida para relacionarse con su ambiente, trabajar, estudiar, divertirse, permitirse el buen humor, desarrollarse como ser humano y poder estar en orden consigo mismo para ocuparse de los demás. Quizás el que logra este estado cualitativo podría dedicar parte de su tiempo a ser solidario con el resto de la comunidad que aún no ha alcanzado esa calidad, formando una cadena de servicio.
La buena alimentación, el descanso, el tiempo libre y el cuidado del cuerpo, mente y espíritu es escencial para vivir con calidad. Pensar, sentir y actuar en la misma sintonía es vivir en armonía con su propia vida llevando a su medio una vibración similar, generando salud aún sin proponérselo.
Vivir en el presente, caminar con los ojos abiertos para ver más lejos que su entorno, los oidos dispuestos a escuchar aquello que no nos es conocido sin miedo a lo diferente. Convalidar con el resto. Evitar la violencia. Salir de la comodidad de lo conocido para converger con otras ideas para luego volver, si así se desea, pero enriquecido por la mirada distinta. Hacer lo que uno sabe hacer, sabiendo que hay muchos otros que logran lo mismo de otra manera, aceptarlo, incluirlo, compartirlo.
La calidad de vida es necesaria y solicitada en todos los rincones de la sociedad, sin discriminar, sin politizar, sin olvidarse que cuando no hay calidad, hay desánimo, enfermedad, dolor, soledad, carencia. Ante una forma de vida precaria todos somos iguales, el sufrimiento nos iguala.
Con todo esto entendemos que calidad de vida es mucho más amplio que lo que la frase sugiere.






La Convergencia Interdiciplinaria para la Calidad de Vida está pensada para contribuir a que cada uno de nosotros encuentre la manera de vivir con calidad a todo nivel, procurándola para los demás y que la exposición de los diferentes profesionales converja en los corazones de todos, la verdadera convergencia sucederá ahí, dentro de cada uno de nosotros y se hará extensiva a los que nos rodean. 

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